Eran tres peregrinos de Oriente
Cargados de regalos e ilusión
Viajaban guiados por una estrella
Señal divina en su decisión
En un largo camino lleno de peligros
La fe les infunde prisa
La esperanza determinación
La caridad les prepara el corazón
Van en busca del Rey nacido en Belén
Las Escrituras lo han dicho bien
Ya están cerca de cumplir la promesa
Por fin lograron alcanzar la certeza
Son llevados por la estrella
En lo profundo de la noche bella
El silencio cubre todo el campo
En espera de un nuevo canto
En lo profundo de la cueva
Van entrando los pastores
Admirados ante tan gran prueba
Dejan a María sus pobres dones
Los tres Magos se inclinan
En humilde actitud de adoración
Ojos fijos en el predilecto
En el Rey de toda nación
Traen regalos imagen de su amor:
Oro puro como canción
Precioso don para su Señor
Incienso que se alza como
Perfume suave para su Dios
Mirra que anuncia su destino
Recuerdo santo para su Redentor
Alma mía, mira bien
Despierta en esta noche santa
Vete tú corriendo a Belén
Ofrece algo al niño también
No eres rica, bien lo sé
Pero algo tendrás para regalar
A Aquél que por ti
Un día morirá
Busca bien muy dentro de tu corazón
Quizás hay un pequeño rencor
O una duda de su amor
Quizás es ese miedo llamado temor
O una espina clavada de dolor
Algo habrá que regalar
Un propósito hecho oración
O el don de tu perdón
Quizás el evitar una tentación
Busca bien alma mía
Tú también tienes un oro
Y un incienso para arder
También la mirra para dejar a sus pies
Sólo tu amor por Él sabrá
Qué es lo que debes ofrecer
No eres Mago ni de Oriente
Pero cuando hay amor es suficiente
Porque el regalo que Él más quiere
No sé compra ni se envuelve
Ni tiene precio ni provecho
Es tu vida junto a Él
En adoración y confianza
En silencio y gratitud
Por lo mucho que te ha dado
Y lo tanto que te ha amado