¡Sáname, Señor!
De las esperas y de los olvidos del destino
De las indiferencias de los corazones
que hieren el mío
Sáname, Señor, de mis descuidos
De aquellos errores que he cometido
al dar pasos sin pensar en Ti
ni en Tus caminos
Sáname de las decepciones
De aquello que anhelo y nunca ha sucedido
De la esperanza perdida
De aquello que nunca olvido
Sáname, Señor, de aquello que oculto
y que guardo, por temor, en el rincón del olvido
Aquello que por vergüenza
bajo el silencio, no lo digo
Sáname, Señor,
del querer sentirme amado y comprendido
Del orgullo que desea
ser tenido en cuenta y sostenido
Que solamente busque ser pequeño
tenido en nada
sencillo y abrazado a Tus designios
Sáname… en fin Señor, enséñame
Ámame, que Te necesito
(Del libro “Sal de tu cielo”. Autor: P. Guillermo Serra, L.C.)
©Padre Guillermo Serra, L.C. 2015