SAL DE TU TIERRA[1]
Abandonar las raíces más profundas
Renovar la identidad en la
inseguridad
Caminar incierto hacia la certeza
Contar estrellas[2] con frío y
humildad
Avanzar lentamente con la misma fe
Confiar en el escudo[3] del
silencio[4] de Dios
Encontrar la plenitud en su amistad
Contar estrellas con fuego y verdad
Sacrificar lo más tierno y querido
Recibirlo nuevamente en fidelidad
Escuchar el eco de ese “Sal de tu
tierra”
Contar estrellas con lágrimas[5] y
generosidad
Sal de tu tierra, hazte peregrino del
Amor
Sigue a tu padre Abraham
Sus huellas te guiarán hacia las
estrellas
Cuéntalas si puedes y al final ya
llegarás
A la tierra prometida de Jesús
Tu cielo hecho promesa de fidelidad
[1] Yahveh dijo a Abrán: «Sal de tu tierra, y de tu patria, y de la casa de tu padre, a la tierra que yo te mostraré.
De ti haré una nación grande y te bendeciré. Engrandeceré tu nombre; y sé tú una bendición (Gn 12,1-2)
[2] Levanta la mirada al cielo y cuenta si puedes las estrellas. Así será tu descendencia” (Gn 15,5)
[3] No temas Abrán, yo soy tu escudo (Gn 15,1)
[4] Verdaderamente tú eres un Dios escondido (Is 45,15)
[5] De mi vida errante llevas tú la cuenta, ¡recoge mis lágrimas en tu odre! (Salmo 56,9)
PEREGRINO VOY POR ESTE MUNDO
Dejé mi tierra hace tiempo y voy
buscando una meta
Lugar de mi sentido y de mi descanso
Como peregrino pasos doy confiando en
el camino
Más sé que el camino es la huella del
que me llama
Me canso sí de tanto andar y no
encontrar sentido
Muchas veces pienso en el regreso a
mi lugar de origen
Vivir sin salir de sí es más fácil y
menos peligroso
Sentirse seguro en el yo
enorgullecido
Necesito un signo que venza mis dudas
Una señal que me haga volar sin
preguntar
Mi camino marcar para no dar marcha
atrás
Compartir conmigo un poco de pan y
una amistad
Sal de tu cielo si es que vives allá
a lo lejos
Mi soledad me pesa y me enloquece
cada día
Adelante quiero ir pero ya no se ser
peregrino
Busco al que me llama y me deja
siempre herido
Tengo sed de ti y de tu destino
Háblame tú que me llamas peregrino
Pon tu tienda divina junto a la mía
Necesito un hermano para contar
estrellas
Y soportar el peso del camino
(Del libro Jesús a mi alma. Autor:
P. Guillermo Serra, L.C.)
©Padre Guillermo Serra,
L.C. 2015
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